La página del PNAC en febrero de 2004. Vía The Internet Archive. |
¿Por qué invadió Estados Unidos Irak? Las explicaciones simplistas van habitualmente sobre el petróleo. Incluso en la oposición a la guerra de Irak (en la que servidor participó activamente) era molesto darse cuenta de que los manifestantes no sabían que Irak es apenas el 8º productor mundial de petróleo (para mejorar su posición, Saddam Hussein había invadido Kuwait en 1990, en una agresión que provocó la Primera Guerra del Golfo, en la que entró una coalición con mandato de la ONU entre otras cosas para defender a Arabia Saudí de una muy posible invasión iraquí). Algunas otras explicaciones son aún más delirantes, aunque quizá ninguna como la que esgrimió la administración Bush para emprender su desastrosa intervención militar (las armas de destrucción masiva que los inspectores de la ONU sabían que ya no existían, aunque sí existieron y las usó el salvaje Saddam).
Pero incluso hoy, al analizar la guerra de Irak y sus consecuencias (porque es un factor importante en el panorama aunque no sea, como quieren muchos, EL gran factor absolutamente determinante sin el cual Oriente Medio sería una Arcadia pastoril) resulta inquietante que casi ningún analista en España, al menos, mencione el Project for the New American Century (Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense) y su visión delirante que marcó en gran medida la política exterior del gobierno de George W. Bush.
El Project for the New American Century fue un think-tank neocon donde operaban desde 1997, es decir, cuatro años antes de ser "electo" Bush, los ideólogos (es un decir) que soñaban con un siglo de hegemonía estadounidense basada en los "principios" (también es un decir) de Reagan. Su esencia doctrinal (aquí su "Declaración de principios") era que el liderazgo de Estados Unidos era bueno para el mundo y debería consolidarse para traer un siglo de prosperidad y paz... con una visión económicamente neoliberal y social y políticamente neoconservadora.
Diez de los participantes del PNAC trabajaron en la administración Bush, y en puestos de importancia como Dick Cheney, Donald Rumsfeld y Paul Wolfowitz (la crême de la crême neocon y guerrerista). Los fundadores del grupo fueron William Kristol, activista neocon que fue jefe de personal de Dan Quayle durante el gobierno de Bush, y Robert Kagan, historiador y analista. Ambos viven hoy en los alrededores del siniestro Tea Party de la extrema derecha estadounidense.
Una de las bases de la nueva hegemonía que debía desarrollar EE.UU., desde su punto de vista, era la invasión de Irak. Desde 1977, Paul Wolfowitz había concluido que Irak podía convertirse en una potencia regional en Oriente Medio y tal debía evitarse a toda costa. Después de la primera guerra del Golfo Pérsico, se fortaleció su idea de que era geoestratégicamente indispensable deshacerse de Saddam Hussein y promover un nuevo régimen en Irak para impedir que naciera una potencia no alineada con EE.UU.
La carta a Clinton, publicada en el propio sitio Web del PNAC. |
En 1998, apenas formada la organización, le exigió a Clinton por carta la invasión de Irak, y sus integrantes dedicaron los años siguientes a buscar un casus belli contra Irak (que por otro lado no era ningún paraíso para los iraquís, Saddam y sus hijos eran unas bestias cuya barbarie y salvajismo corresponden a un relato de Stephen King). Los atentados del 11-S les dieron ese pretexto, pésimamente mal manejado, pero consiguieron su objetivo.
Más que petróleo, armas de destrucción masiva o relación con Al-Qaeda, un proyecto hegemónico delirante abiertamente detallado en los documentos de la organización, que por cierto siempre fueron públicos.
Y los analistas de la guerra de Irak (los mismos que se sienten con la clarividencia necesaria para determinar que esa invasión fue la causa de todos los males de hoy) ni siquiera saben de la existencia del PNAC.
Desbandado en 2006 ante el desastre de Irak, Kagan y Kristol lo refundaron como la Foreign Policy Initiative.
Si tus analistas no saben siquiera qué fue el PNAC, quizá debas tomarte con un poco de precaución sus brillantes explicaciones sobre el mundo y sus por qués, sobre Siria, el Daesh, los atentados, la respuesta a los atentados y la toma de decisiones en un mundo complejo y cuando no se sabe con ningún grado de certeza qué consecuencias pueden traer unas u otras decisiones porque quienes las toman no son infalibles, profetas ni controlan la enorme mayoría de las variables en un mundo incierto.
Seguramente, seguramente, las cosas no son tan simples como las quiere el nivel de análisis político de juguetería "Beatriz Talegón y sus amigos". Nunca lo han sido.
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Nota 1: La hipersimplificación de Talegón usando palabras y conceptos cargados para hacer demagogia choca con desventaja contra la complejidad del problema. La organización a la que se refiere tergiversando su nombre es "al-Nusra", la rama de Al Qaeda en Siria, que es parte de la complejísima coalición rebelde contra el-Assad en la que juegan 7 grupos islamistas radicales, 9 grupos laicos y no menos de 13 organizaciones kurdas formadas en bloques. En concreto, los islamistas no han recibido ningún financiamiento de occidente, que apoya a los grupos laicos, en particular el Ejército Sirio Libre y el Comando Militar Supremo. Todos ellos (no "buenos", ni mucho menos) contra el ejército de el-Assad, un dictador sanguinario, torturador y bestial apoyado por las armas y el dinero de Rusia y China, que es quien más civiles ha matado en los más de 4 años de guerra. Toda esta información por supuesto desborda los límites de quienes viven en el simplismo binario.
Nota 2: Lo que hoy es el Daesh nace de la mano del jordano Abu Musab al-Zarqawi en Afganistán, en 1999, con el nombre Jama'at al-Tawhid wal-Jihad, que significa "Organización para el Monoteísmo y la Jihad" y su rasgo distintivo ante al-Qaeda, al-Nusra y otras es su concepción del takfir, la forma en que un musulmán puede denunciar a otro como kafir o apóstata, justificando así su asesinato. al-Zarqawi estaba convencido de que los sunnitas como él debían matar a todos los shiítas para terminar la guerra iniciada por la sucesión a la muerte del profeta. Cuando EE.UU. invadió Irak, a quienes atacó al-Zarqawi fue a shiítas. En 2004 le juraron lealtad a al-Qaeda y en 2006 crearon el Estado Islámico de Irak que eventualmente se separó de al-Qaeda. La historia tiene muchas más complejidades y sutilezas igualmente poco amables para la mentalidad en blanco y negro de algunos.